Nos presentamos hoy —ante el Señor— para pedir su auxilio. Quizá perdidos. Quizá distraídos. Quizá nuestros pensamientos y corazones están en otro lugar.
***
Ven, Señor, para que estemos preparados. Para ti que estás presente. Y que vienes a cada uno. Llévanos contigo a tu Monte Santo. Purifícanos. Purifica nuestros ojos. Para que podamos verte.