En este tiempo de Cuaresma el Señor viene a nosotros como el Misericordioso que sabe mirar en lo más profundo del corazón y de la conciencia de cada persona. No para sedar, sino para ayudarnos a encontrar nuestra propia dignidad y valor.
Este es el sentido de nuestro trabajo espiritual durante la Cuaresma.
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Estamos ya a las puertas de la Semana Mayor que iniciaremos el próximo domingo, el Domingo de Ramos.
Aprovechemos el tiempo de Cuaresma que nos queda para que muera lo que tiene que morir.