Después de la Resurrección, Señor, haciendo caso a tu llamado fuimos
A Galilea. A decir verdad no había en nosotros mucha esperanzaTodos en la vieja orilla de Genesaret el lago famoso
Impotentes se detuvieron
¿Queríamos estar juntos? Al momento nadie encendió
Ni siquiera una fogata. Esto es todo
Ni nada en absoluto de comer
Nadie traía para este encuentro¿Por qué? ¿Será que los grandes proyectos
Murieron antes de la Resurrección
Y nada nuevo va a suceder?¿Y qué hay de Su cuerpo?
¿Resucitó? ¿O fue sólo una ilusión?
¿La muerte con la vida se enredó?Solos. Callados. Sentados
Pero Él venía radiante. Muy Humano y Eterno
Traía un pescado sabroso para alegrar el encuentro
Con cantos y disfrutando la comida
Porque regresó con nosotros, los suyos. Llamó: Despierten ya
Asen el pescado sobre las brasas. Soy yo. No me miren
Sin pensar sin recordar en el miedo de la incomprensión
No teman. Gocen.***
Ernest Bryll, Junto al lago —