Aquel que nos ama, está con nosotros. El Divino Ladrón que espera la noche de nuestra vida para meterse por un boquete en nuestra casa a robarnos el corazón.
Que esta Eucaristía Dominical nos ayude a verlo desde lejos, cuando vaya llegando. A verlo a través de la noche. [Y a llamarlo diciendo: ¡Por aquí, por aquí!] [Y dejarlo entrar.]
***
Purifícanos, Señor, de todo lo que en nosotros hay de oscuro, débil, desconfiado. Purifícanos de todo pecado, para que nos abramos completamente a Ti que vienes a nosotros en tu Palabra, en tu Cuerpo.