En el Evangelio de hoy escucharemos sobre el publicano Zaqueo que se subió a un árbol, porque quería ver al Señor.
Cada uno de nosotros —espiritualmente— debería treparse a ese árbol. Para saber si de veras estoy esperando a Aquel que va a pasar por aquí. Quizá se fije en mí. Quizá me llame por mi nombre.
***
Señor, purifícanos, para que Te veamos cuando pases junto a nosotros en esta Eucaristía.