MONICIÓN INICIAL
Cada uno de nosotros —en el misterio de su conciencia y de su corazón— ha de encontrarse hoy con el Señor, para servir a su Palabra.
Esta Palabra siempre es difícil, porque siempre nos exige algo. Debemos sintonizar con Ella.
Pero para poder escucharla, primero pidámosle que nos purifique.
***
Purifícanos, Señor, para que Te escuchemos y Te veamos: a Ti que estás entre nosotros.
Querido monitor/a: Los puntos (.) se entonan hacia abajo. SIEMPRE.