Señor, que creaste al hombre en la riqueza,
Aunque él, necio, todo lo perdiera,
Hundiéndose más y más,
Hasta volverse
Mísero:
Contigo
Déjame subir
Cual una alondra armoniosamente
Y cantar en el día de hoy tus victorias:
Entonces la caída impulsará el vuelo en mí.
***
George Herbert, Alas de Pascua –