Alguien se pone en camino y, al mirar hacia delante, a lo lejos distingue la casa que a él le pertenece.
Sigue caminando hacia ella y, al llegar, abre la puerta y entra en una habitación preparada para una fiesta.
A esta fiesta vienen todos los que fueron importantes en su vida.
Y todo el que viene trae algo, se queda un tiempo y se va.
Así pues, vienen a la fiesta, cada uno con un regalo por el que ya pagó el precio entero, sea como fuere: la madre, el padre, los hermanos, un abuelo, una abuela, el otro abuelo, la otra abuela, los tíos y las tías y todos los que hicieron lugar para ti, todos los que te cuidaron, los vecinos quizás, amigos, maestros, parejas, hijos…
Todos los que tuvieron importancia en tu vida y los que aún la tienen.
Y cada uno que llega trae algo, se queda un poco, y se va.
Al igual que los pensamientos que llegan traen algo, se quedan un poco, y se van.
Al igual que vienen los deseos o el dolor.
Todos traen algo, se quedan un poco, y se van.
Y también la vida: viene, nos trae algo, se queda un poco y se va.
Después de la fiesta, la persona se encuentra colmada de regalos, y sólo permanecen a su lado aquellos a quienes les corresponde quedarse aún un tiempo.
Así, la persona se acerca a la ventana y se asoma: allí ve otras casas… sabe que en su día también allí habrá una fiesta, y él irá, llevará algo, se quedará un poco y se irá.
(B.H.)
LA FIESTA (B.H.)
No hay comentarios
¡Se el primero en comenzar la conversación!